Pocas cosas quedaron sin ser afectadas por los estragos de la pandemia. En pleno siglo XXI es maravillosamente terrible saber cuán vulnerable es realmente la humanidad, con este cruel recordatorio de humildad ante la naturaleza… nuestra propia naturaleza.
En lo particular, cada uno de los distintos esquemas de los que formamos parte se ha visto sacudido. Como especie aprendimos que todos somos iguales, como naciones entendimos que no hay economía alguna que esté realmente preparada, como sociedad atestiguamos lo mejor y lo peor de nuestro comportamiento, y como individuos enfrentamos nuestro propio drama personal.
Desde el punto de vista empresarial, Jicuri está aún por iniciar su proceso de mitosis celular a la que habría de subsistir para siquiera aspirar a ser una empresa formal; no obstante los casi cinco años que ha estado incubando sus varios proyectos. Es por esta razón que, su drama particular de afectación de pandemia, es en verdad particular.
Con un escenario en que los medios impresos estaban ya de por sí en su escarceo por re-encontrar un lugar en el gran mundo contemporáneo con sus temibles y aplastantes competidores en el medio del entretenimiento. El director de Jicuri, empecinado en la orientación del formato físico para las obras del estudio, no tuvo empacho en defender hasta casi el hartazgo y como un «mantra» la continuidad de los proyectos hacia el medio tradicional.
Bastó una pandemia para que el drama de bolsillo de este personaje amainara y empezara a ver (aunque fuese de reojo en un principio) hacia la enorme oferta de distribución que la red de redes ya figura como el estándar definitivo para el alcance productor-consumidor.
Pero ¿y las convenciones? Esas tienen que exponer y atraer lectores, apasionar fanáticos y conectar socios potenciales de negocios. Esos espacios parecieran estar dibujándose ya como una romántica añoranza que quizá no vuelva, ya no decir en el mediano plazo, si no tal vez jamás.
La FIL de Guadalajara fue el objetivo que se fijó a comienzos del año en curso para ser sede del bautizo de fuego de Jicuri y sus incipientes propuestas al abarrotado (pero nunca saturado) mercado de historias. Todo estaba dispuesto para presionar fechas de entrega y hacer compromisos con la meta clara hacia este magno evento.
… y el covid dispone. Cambiarán los formatos de eventos de esta clase. Y ahora el estudio, que aún gravita en el fango primigenio, aguarda atento a la normalidad a la que habrá de emprender sus pasos de debutante.