«Kinno» comenzó su desarrollo en el año dos mil dieciséis. Pero su concepción data de mucho más tiempo atrás: producto de una petición para suplementar los entusiasmos de una aficionada a las historias de comedia romática japonesa.
A decir del autor, el género es sumamente entretenido. Tiene la suficiente plasticidad para ir desde del drama a la comedia, del suspenso a la acción y continuar conquistando la atención del respetable.

«Kinno», en todo caso, echa mano de muchas de las situaciones de fórmula que se ven en los exponentes del género. Y también explora, sin ser demasiado aventurero (o eso cree el autor), la inclusión de dinámicas distintas en el desemvolvimiento de los personajes.
En un cuento regular del tipo: «chico conoce chica. Chica no se da por enterada durante X cantidad de episodios en los que chico hace intentos absurdos y disparatados por darse a notar; tan estrafalarios que resultan infructuosos. Al final terminan juntos… o no, depende de cada hsitoria».
Entonces, en «Kinno», el chico conoce a la chica; y la chica también lo conoce, pero no le interesa. Entonces el chico decide no complicarse y ser directo. Y la chica corresponde a esa sinceridad siendo también bien sincera. Y esto, apenas, es el comienzo de la historia.
Pero bueno, si la historia era del tipo «chico conoce chica…» y en el comienzo se resuelve ya el qué pasará con esos dos ¿cómo continuará la historia? Ese es el tipo de lío en que el argumentista gusta de meterse para luego ver cómo le hace para salirse. Y de paso intentar ganarse el interés el del lector.
Hasta ahí comprendía la idea general, que se quedó por largo tiempo en la nevera: poco más de doce años (omitiendo la cifra real, por triscaidecafobia). Fue hasta contar con la valiosa aportación del diseño de personajes que el concepto pudo encontrar el estímulo para retomar su avance. Al proyecto se han sumado otros colaboradores, de los que se hablará en posteriores publicaciones. Pero puede adelantarse que son participaciones «de fondo».
En una era en que la «comedia romántica» es el único sabor de temporada, «Kinno» se presenta para acariciar el género, pero no sin la ambición de destacarse al conversar la fórmula con una óptica distinta. Ya avanza la producción de esta historia y será particularmente agradable la remebranza del progreso que ha tenido desde que era solamente una promesa.